AVISO

Este fic contiene sólo especulación. Se basa en diversas teorías que hay por la red. Si no quieres que se te desvele nada que creas importante, no lo leas. Pero insisto: no dice nada que se haya escrito y/o publicado aún. Todos los personajes y lugares pertenecen a G.R.R. Martin.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 9


RHAEGAR
            El embarazo de Elia ya se notaba aunque estaba sólo de cuatro meses. Las molestias constantes la tenían recluida en sus habitaciones y no salía nada más que para dar cortos paseos por recomendación del Gran Maestre Pycelle. Mientras tanto, Rhaenys se dedicaba a jugar con su tío Viserys, que sólo pensaba en travesuras crueles que provocaban en Rhaegar una ira desconocida en él. Parecía que su hermano sólo disfrutaba haciendo sufrir a los demás, de modo que siempre estaba encima de los niños cuando éstos jugaban juntos con el fin de evitar algún accidente grave provocado por las travesuras de Viserys.

           Precisamente ese día no podía estar pendiente de los juegos de los pequeños, así que tuvo que delegar la incómoda faena a tres sirvientas. Había llegado un cuervo con noticias que reclamaban su atención. De camino hacia el salón del Consejo, pasó por las estancias de la hija de la Mano. Vio salir a alguien que le pareció Cersei, pero iba ataviado como un hombre. Rhaegar se adelantó y lo tomó del brazo, diciendo el nombre de la muchacha. Cuando el desconocido se volvió, Rhaegar quedó impresionado: se trataba de un joven, no de una mujer, pero era tan parecido a Cersei que no habría sabido decir si era ella o no. Su aspecto era como el de la Lannister, pero con rasgos masculinos. Desde dentro se oyó la voz de Cersei. «Jaime, ¿ocurre algo?”»Así que éste era el gemelo de Cersei… Había oído decir que eran muy parecidos, pero no podía creer que fuera una semejanza tan asombrosa: los mismos ojos, el cabello dorado, la belleza irreal. La joven se asomó a través de la puerta. Iba vestida con una camisola casi transparente. «Oh, Alteza, siento no estar presentable», dijo con aire recatado, mientras intentaba taparse. Rhaegar restó importancia a las palabras de Cersei con un gesto de su mano, aunque la semidesnudez de Cersei le provocó una punzada de excitación. Jaime parecía incómodo por algo que el príncipe no llegaba a adivinar. «¿Cuándo habéis llegado, muchacho? No se me informó de vuestra visita.» Jaime iba a contestar, pero Cersei se adelantó. «Llegó anoche. Mi padre lo mandó llamar y todo fue un poco precipitado. No consideró que fuese necesario molestaros con la noticia de la llegada del hijo de la Mano, mi señor.» Rhaegar notaba una tensión extraña entre los dos hermanos… «¿Y habéis dormido en los aposentos de vuestra hermana? La Fortaleza Roja cuenta con numerosas habitaciones para hospedar invitados.» Los gemelos cruzaron una mirada de culpabilidad, pero ella se sobrepuso y, de nuevo, se adelantó a su hermano. «Sí, mi señor. Pero era tan tarde que no quisimos molestar a la servidumbre. Mi cama es grande y los dos cabemos perfectamente.» Jaime bajó la cabeza, incómodo. Cersei continuó dando unas explicaciones demasiado largas para el gusto de Rhaegar. «Además, de pequeños solíamos compartir la cama y durante nueve meses estuvimos juntos en el vientre de nuestra madre.» Somos inseparables.» Cersei dirigió una mirada amorosa hacia su hermano. Rhaegar no quería saber nada más. Había algo insano entre esos dos jóvenes… Pero qué podía reprocharles, si él mismo era fruto de un matrimonio entre hermanos. Se despidió de ambos indicándoles que buscaran un cuarto para Jaime inmediatamente.


            En el salón del Consejo estaba Varys con el mensaje sellado en sus manos. A Rhaegar no le gustaba nada el eunuco lyseno. Era un personaje oscuro, con un pasado más oscuro todavía, que se había ido ganando la confianza de su padre aprovechando la enfermedad de éste. Las obsesiones de Aerys eran cada vez más extrañas y Varys no hacía sino alimentarlas. El eunuco le alargó el pliego con una reverencia exagerada y salió de la habitación, dejando un olor a canela y sándalo que al príncipe le pareció empalagoso. Rhaegar sabía que, a pesar de que el sello estaba intacto, Varys se las habría ingeniado para conocer el contenido del mensaje haciendo uso de sus confidentes, sus “pajaritos”, como él los llamaba. Una vez a solas, rompió el lacre, que venía sin ningún símbolo estampado, y desplegó el folio. El texto era breve y enigmático. «En unas semanas recibiréis una invitación a un torneo. Ése será el momento que esperabais. Contáis con partidarios que creen que es hora de que acaben los días del rey Aerys por el bien de los Siete Reinos. ¡Rhaegar rey!»

4 comentarios:

  1. SI! ¡Rhaegar Rey!. Todo habría sido muy distinto si Rhaegar hubiese comenzado su reinado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, hubiera sido un buen rey, pero lo de Lyanna también fue algo que precipitó el desastre :(

      Eliminar
  2. Hay que emoción ver a los hermanitos Lannister, pues sin duda prefiero a Rhaegar, espero que no le hagan daño, ni le quiten el trono XD. Gracias Athena.

    ResponderEliminar
  3. jeje ese vicerys desde chiquito era un loquillo

    si rhaegar rey :)

    ResponderEliminar