AVISO

Este fic contiene sólo especulación. Se basa en diversas teorías que hay por la red. Si no quieres que se te desvele nada que creas importante, no lo leas. Pero insisto: no dice nada que se haya escrito y/o publicado aún. Todos los personajes y lugares pertenecen a G.R.R. Martin.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Capítulo 28


LYANNA
            Cabalgaron durante varias horas. El caballo era incansable, con una resistencia sobrenatural. No cruzaron ni una palabra en todo el trayecto. Lyanna estaba confundida con lo que había sucedido. Se abrazó al jinete, buscando su calor. 

Él la rodeó con un brazo, fuerte y cuidadoso a la vez. Después de un buen rato, pararon en un recodo del río para que el animal bebiera agua. Rhaegar bajó del caballo y tomó a Lyanna en brazos para ayudarla a desmontar. ¿Qué iba a ocurrir ahora? ¿Estarían unos días juntos y la devolvería con su familia? La cosa no era tan fácil. Rompió el silencio. «Por favor, mi señor príncipe, decidme qué queréis de mí. Yo sólo pedí veros una vez más antes de casarme, pero no fugarme con vos. Estoy prometida a Lord Robert Baratheon…» Rhaegar se quitó la capucha. El pelo plateado refulgía con tintes anaranjados a la luz del atardecer. «Mi señora, ¿no tendría yo que ser el que preguntara qué queréis? Casi había conseguido borraros de mi mente y vuestra carta me dio un atisbo de esperanza.» La muchacha se mordió el labio. ¿Qué locura había cometido? ¡Iba a casarse! Al mirar a Rhaegar volvió a notar el hormigueo en la parte baja del estómago. ¿Estaba dispuesta a renunciar a él? Se pasó la mano por el pelo en un intento de organizar sus pensamientos y darle una respuesta. No tuvo tiempo: Rhaegar se acercó, le tomó la cara entre sus manos y la besó. Al principio fue un beso suave, pero enseguida se volvió más apasionado. El príncipe abrazó a Lyanna con fuerza, como si tuviera miedo de que se escapase, y ella se refugió entre sus brazos. ¡Qué diferente era ser besada por él! Las manos de Rhaegar tocaban su cuerpo con apremio, tratando de sentir la piel que estaba oculta por el vestido. Lyanna rompió el beso casi sin aliento. «Por favor… no puedo hacer esto, no debo…», dijo ella. «Lo siento, no quería ofenderos. Me es imposible controlarme. Yo… Estoy avergonzado, no sé que me pasa. No volverá a ocurrir», respondió él solemnemente bajando la cabeza y apartándose de ella. La situación era tensa e incómoda. «Será mejor que os devuelva a vuestro hogar. Todo esto no es más que una locura que sólo puede traer desgracias.» La joven asintió con tristeza. «Al menos he podido veros una vez más, mi señor», dijo. Tendió su mano hacia Rhaegar, que la besó con ternura. Cuando levantó la cara y la miró a través de sus extraños ojos, Lyanna supo que no regresaría. Y no lo lamentó.

3 comentarios:

  1. Al final Lyanna lo lamentara, esta locura de decisión solo puede traer desgracia, como bien piensa Rhaegar...

    Pobre enamorados..

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  2. Víctimas de la fatalidad. Ay, que me emociono.

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  3. si tan solo lo hubieran imaginado... :( "El principe Rhaegar amo a su lady Lyanna y miles murieron por ello"

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